Los tiempos están en constante cambio y más ahora que la información está al alcance de un click, lo que no es malo, por el contrario es sumamente positivo poder obtener información de una manera más rápida y efectiva, en comparación con nuestros padres, quienes para saber algo de la historia o lo que quisieran, debían ir siempre con un maestro, o con un anciano, por tanto mucha información se perdía en el tiempo pues las personas claramente no duran para siempre.
Sin embargo, por no poder acceder de una manera tan rápida y eficaz a la información, desarrollaron, la virtud de la paciencia; sabían esperar, cualidad que hoy en día es casi imposible encontrar, porque la inmediatez del mundo globalizado impide que las personas tengan la disposición de esperar cierto tiempo para saber algo, pues solo basta con entrar a Google y saberlo en menos de lo que canta un gallo.
Cuando nuestros padres eran jóvenes, mantenían relaciones largas de amistad, debido también a la necesidad de estar retroalimentando su conocimiento sobre posibilidades laborales y demás datos de interés cultural, pues para saber algo desconocido, o preguntaban hasta dar con quien aclarara su duda, o simplemente se brindaban al maravilloso oficio del análisis y la observación, esta forma de vida los equipó con sabiduría, paciencia y humildad.
Mal hecho está generalizar, y decir que hoy la información no se usa adecuadamente por las personas o los jóvenes, pero si se podría decir que falta mucha iniciativa al respecto. Después de lo anterior solo me queda dar dos recomendaciones, 1; La generación de hoy debe aprender a mantener relaciones amistosas con todo tipo de personas y a cultivar ese tipo de contactos o conexiones, no solo de su círculo social, sino de todo índole, así, su conocimiento frente a sus posibilidades van a ser mucho más claras, posibles y accesibles, y que no se haga cliché recordar el famoso refrán que reza “es mejor tener amigos que dinero”.
2; Deben ponerse como meta, apropiarse completamente de las dinámicas actuales de la información, no podemos estar aprendiendo de la tecnología únicamente a ser impacientes, y asociales, por eso es nuestro deber estar a la vanguardia y evitar quedar rezagados y extintos para así poder aprovechar a fondo cada oportunidad que brinda el entorno de tener un mejor trabajo, y estar mucho más tranquilo.
Autor: Juan Fernando Agudelo para Universo Consultores